Todo el mundo, con sus más y sus menos, ha seguido de cerca las elecciones de Estados Unidos, aquellas que dejaron a Trump como la elección favorita de la ciudadanía, una vez más. Su dura derrota frente a Biden 4 años atrás no ha impedido que el magnate volviera a presentarse, esta vez como ganador. Un activo en el mercado que se agitará bastante al albor de estas noticias es el oro, porque depende, en parte, del comportamiento del dólar.
La moneda norteamericana no tardó demasiado en moverse. Apenas unas horas después de la noticia, el oro volvía a sus peores datos en 3 semanas —en las que alcanzó un nuevo máximo histórico, 2.800$ la onza— como respuesta al fortalecimiento del dólar y al rendimiento de los bonos del tesoro, que ha subido 17 puntos básicos. La gran pregunta que se hace el público es si esta tendencia se mantendrá durante mucho tiempo. La amenaza de aranceles, el déficit fiscal y las políticas de inmigración de la administración Trump podrían generar un entorno poco favorable a la divisa estadounidense, al menos a largo plazo.
Que el oro tendría momentos de corrección era algo que veníamos alertando desde hace mucho tiempo. Tanto este como la plata seguirán, en principio y según nuestras predicciones, su tendencia alcista, lo que convierte en estos momentos de bajadas como oportunidades únicas para aumentar la cartera de cara al futuro.
Cómo podría afectar las políticas de Trump al mercado del oro
El futuro presidente de los Estados Unidos ha prometido mediar en dos conflictos que hoy en día están marcando la agenda geopolítica de medio mundo: la guerra entre Rusia y Ucrania y la de Israel en Oriente Medio. Lo que a priori podría reducir la incertidumbre y aumentar la aversión al riesgo, en realidad se trata de promesas que son difíciles de cumplir si nos atenemos a la complejidad de dichos conflictos, por lo que el escenario próximo es que dichas tensiones sigan presentes en el mercado financiero.
Hay otro elemento de primer orden que debemos tener también en cuenta: la inflación. Las políticas económicas del mandatario podrían inflar el déficit federal y el riesgo inflacionista puede seguir creciendo en los próximos años, un contexto donde el oro continuará brillando como activo refugio y como diversificador de carteras.
La Reserva Federal todavía no ha confirmado cuándo ni cuánto bajarán las tasas de interés, pero esta medida podría hacer virar a los inversores de los Bonos del Tesoro a otras opciones más volátiles. Esto afectará directamente al valor del dólar. E, históricamente, las dinámicas de la divisa norteamericana y el metal precioso han sido opuestas.
Un punto en el que es necesario poner especial hincapié son las políticas de los bancos centrales. Especialmente la de aquellos países del entorno BRICS. Sus reservas de oro han vivido un progresivo crecimiento en los últimos años a través de un agresivo aumento de sus compras anuales. Podría decirse que han tratado de explotar al máximo las principales propiedades del oro —seguridad, valor refugio, liquidez…—, pero detrás se esconde una razón política: el lanzamiento de una nueva divisa respaldada por oro. Mientras que la demanda se acrecenta (especialmente en India y China), la oferta está estancada, lo que sugiere que el oro seguirá en tendencia alcista a medio plazo.
Es imposible adivinar el escenario futuro del oro, pero sí es posible hacerse una idea a partir de los principales parámetros que afectan su comportamiento. Y un análisis minucioso de estos nos encaminan una visión bastante optimista.