Los metales preciosos (oro, plata, platino, paladio), el osmio y el diamante tienen algo en común: todos son considerados valor refugio, o lo que es lo mismo, son reserva de valor
Es el fruto de tu esfuerzo diario. Trabajas incansablemente para tener la seguridad de que, el día de mañana, si hay algún imprevisto, podrás resolverlo. El problema es la incertidumbre que cada vez asoma con más fuerza en la economía internacional, algo de lo que no se salva nadie. Apunta una fórmula que podrá aliviar y reducir esa ansiedad: reserva de valor.
La reserva de valor es una característica de determinados activos o medios tangibles que preservan su valor en el tiempo, es decir, que no sufren caídas acentuadas en momentos donde el resto sí lo hacen. De hecho, algunos incluso pueden revalorizarse, lo que significa que son una herramienta perfecta para combatir la inflación y frenar la pérdida de poder adquisitivo. Lo importante es que su valor no se deprecie con el paso de los años o con los estímulos del entorno económico y político.
Por poner un ejemplo: los bienes de consumo o de servicio pierden valor a lo largo del tiempo. Piensa en lo que se deprecia un coche nada más salir de un concesionario, incluso cuando apenas se ha usado. Todo lo contrario a las reservas de valor, que no se degradan, no pierden utilidad… ni se devalúan.
Toda buena planificación económica ha de incluir estas reservas de valor, ya que en buena parte reducen el impacto de las pérdidas en el caso de una caída global. Si no conoces cuáles son las principales reservas de valor en la actualidad no te preocupes, ¡en esta guía te hablaremos de las más importantes en la actualidad y dónde puedes adquirirlas!
Refugio para la tormenta: reservas de valor en las carteras de inversión
Oro y plata, pilares del valor refugio
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Históricamente, ambos metales preciosos han sido considerados activos refugio por excelencia gracias a sus propiedades: escasez, demanda, uso global como valor de cambio, uso para fabricar joyas… En periodos convulsos de la economía — ¿Quién no recuerda las colas en establecimientos para vender oro en la crisis de 2008?— su precio tiende a incrementarse, de ahí que tanto como inversores particulares como empresas y estados tengan su mirada en él como un diversificador imprescindible.
De hecho, sin ir más lejos, desde 2022 los bancos centrales de todo el mundo han incrementado sus reservas de oro. La razón principal es reducir su exposición al dólar norteamericano, pero también construir un colchón que les permita afrontar con mayor libertad una futura recesión. Su seguridad y liquidez inmediata, lo contrario que las divisas nacionales, son aquellas bazas que han impulsado estas compras.
Platino y paladio, más volátiles, más estratégicos
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No tienen tan acentuado su valor refugio, pero sin duda son imprescindibles y, combinados con los anteriores, pueden ofrecer resultados excelentes. Sus movimientos son más acentuados e impredecibles, ya que son metales muy industriales con muy alta demanda, lo que contribuye significativamente a realzar su valor. Es mucho más volátil, pero su escasez y su cada vez más importancia en empresas tecnológicas provocan que sea una reserva de valor muy atractiva.
Osmio: exclusividad y escasez
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Sin duda, el metal más raro del mundo. Para ponerte en contexto: si de la plata pueden extraerse 60 metros cúbicos y del oro 24, del osmio solo apenas 2,1. Esta exigüidad es lo que precisamente lo hace muy valioso, ya sea en formato lingotes o como joyas. No tiene aplicación industrial, pero su resistencia a la corrosión y manipulación y el ser prácticamente imposible de falsificar (cada pieza tiene su propio “ADN”) hacen de él una excelente opción en una cartera que funcione como reserva de valor, además de como diversificador.
Diamantes, la belleza y la fuerza de la naturaleza
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Desde tiempos inmemoriales, los diamantes han sido símbolos de riqueza y estabilidad, eso sí, algo usado en exclusividad como complemento de las clases más altas. Durante las últimas décadas, su carácter como reserva de valor se ha acentuado, especialmente como inversión alternativa a los metales preciosos, los más populares de este ámbito. Lo cierto es que tienen características y naturalezas diferentes, por lo que no son contrapuestos, sino más bien complementarios.
Su valor depende de diferentes características (color, pureza, quilataje, corte), lo que hace de ellos elementos únicos y con mucha demanda en el mercado. A pesar de que su precio está más estandarizado, es resistente a las fluctuaciones monetarias y es más independiente del sistema financiero.
Estas son, grosso modo, las mejores alternativas como reserva de valor tangibles que debes tener en cuenta si quieres proteger tus ahorros y proteger tu patrimonio. Afrontamos circunstancias excepcionales, donde la seguridad y la estabilidad son clave y no precisamente un privilegio que no podemos alcanzar. Diamantes, osmio, plata, oro, platino o paladio son elementos que, cuanto más cerca tengas de ti, más libertad financiera te aportarán. En SilverGold Patrimonio acabamos de lanzar un servicio de compra Reserva de valor, que combina la adquisición de las alternativas descritas anteriormente para trazar una estrategia a largo plazo que te permita proteger tu patrimonio y reforzar tus ahorros.